jueves, 30 de abril de 2015

Gerena y sus gentes: fuente de inspiración



Vivo en Gerena desde hace tres años y aquí he encontrado la calma necesaria para detenerme y aprender a valorar las cosas que de verdad importan en mi vida. Sus campos, sus gentes y en particular sus niños han sido la fuente de inspiración de esta obra que a ellos dedico. En estos parajes habitan personajes muy especiales que me han enseñado mucho, que digo...muchísimo! La señora que me vende los huevos de corral, Antonio el sacristán, Juan el cabrero, Aniceto, el que me enseñó a comerme un cardo...en fin, gente sencilla que me ha dado una tras otra tantas lecciones de humildad que ya no me quiero ir de aquí para no volver a perderme del buen camino.

Uno de ellos es Leonardo Alanís, Director del IES al que le mande el poemario para conocer sus impresiones. Esto es lo que le brotó al leerlo. ¡¡Y yo sin saber que el futuro director de mi hija es un poeta!!

He podido echarle un ojo
y no pintan mal estos versos
ya que en ellos aparece 
mi buen tocayo el piojo.

Algo que no me importa
o mejor me importa un pimiento
pues de pequeño yo tuve,
me dijo mi madre, un ciento.

Y me recuerdan también
a una señora muy "fuerte"(s)
que daba "gloria" escucharla
al recitar un poema
jugando con las palabras.

No sabía yo, en fin, que Sonia
soñaba con rimas traviesas
para alegrarles el alma
a las personas muy serias
y de camino tocar 
el corazón a los niños 
y a las niñas de esta tierra. 

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